ENTRE BESOS Y TIROS

KISS KISS, BANG BANG

EEUU, 2005

dir. Shane Black

CABLE (***)

Una pareja despareja, él un aspirante actor, el otro un muy detective gay (ya están abusando con esto de castear a Val Kilmer para cualquier papel tarado), no deciden resolver pero lo hacen igual, un misterio misterio, de esos que solo están hechos para disfrutar de los 90 minutos que lleva revelarlos. La damisela en apuros no es tanto una damisela, más bien una bomba de piernas rojas y ojos de té. Por suerte, ya que es ella quien carga con la película y la hace disfrutable.

Shane Black, el director, escribió las Arma Mortal, dicho esto es momento de aplaudir, Arma Mortal estará siempre ligada a lo mejor del cine norteamericano de acción tipo ”cop-buddy movies” de los últimos veinticinco años (junto a las primeras 48 horas y a la buena STAKEOUT de Richard Dreyfuss y Emilio Estevez). ¿Dije acción? Un poco el problema de las Arma Mortal es que se fueron divagando con el tiempo, la comedia comenzó a tapar todo el fotograma, los guiones empezaron a flaquear por todas partes y hasta Chris Rock nos dio el horrible lujo de aparecer y lograr tapar la salivera de estupideces del desastroso personaje LEO GETZ de Joe Pesci. La comedia tapó a la acción, acá la comedia tapa a la comedia.

Esta es una película que no se toma en serio como tal, siempre pero siempre nos advierte que ella solo es, una película. Hasta el punto tal, en que nos enteramos, que toda la trama deriva de una novelita de detectives de esas que elegíamos nuestra propia aventura pero un poquito más culta, tipo Enid Blyton.

Pasó nada en la cinta y ya una voz en off se encarga de ilustrar su autoconsciencia parodica. En cine hay un concepto que se conoce como ‘romper la 4ta pared’, es fácil, imagínense un cine, tiene 3 paredes oscuras, y la 4ta, es la pantalla. Cuando desde la pantalla un actor le habla directamente a los espectadores, se esta quebrando eso que la gente correctamente llama magia, se esta rompiendo la 4ta pared. Y acá no pasan ni dos minutos que la cinta proyectada se pone en pausa, se sale un poco del carril del proyector, mientras un muy buen actor, Robert Downey Jr, nos explica que el no es un muy buen narrador.

Y entre besos y tiros nos sentamos a ver un policial idiota, con una trama que ni los actores pueden explicar correctamente, de tan estúpida y rebuscada, porque en el fondo ella no interesa, acá lo lindo es ver sus piernas rojas.